Este viernes despedirán a los tres niños que murieron en deslizamiento que sepultó un colegio en Antioquia.

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Según los organismos de socorro del departamento, la emergencia fue causada por la saturación de las aguas en la mañana, producto de la temporada de lluvias que terminó en junio.

Los 125 municipios de Antioquia se declararon de luto por la tragedia que ocurrió en la tarde de este jueves en Andes: una montaña se desprendió y cubrió el 80 % de una escuela. En consecuencia, tres menores perdieron la vida y 19 más fueron rescatados.



Ana Sofía Henao (seis años), Andrea Quintero (cinco años) y Alexander Marín (seis años) no corrieron con la misma suerte que el resto de sus compañeros del Centro Educativo Rural La Lejía, del corregimiento de Tapartó. En medio del recreo, la tierra los sepultó.

Tras las extensas y valerosas labores de rescate que duraron más de cinco horas, los organismos de socorro los encontraron dos metros bajo la montaña, misma que no mostró razones para estar alerta ante cualquier incidente prevenible.

A un lado del terreno estaban sus padres. Ellos no perdieron de vista a los bomberos y militares que estaban batallando contra la tierra para hallar a sus hijos con vida. La esperanza nunca se perdió, de eso dio cuenta el párroco del corregimiento, Aldemar Ramírez.

Las primeras en salir del deslizamiento fueron dos niñas que pudieron sostener la respiración en medio del caos que no entendían. Cuando las sacaron, las miradas de las más de 200 personas que estaban en el sitio se concentraron en los cuerpos deseando encontrar el rostro que esperaban ver.



A ambas las montaron en las ambulancias que se ubicaron en las inmediaciones del colegio con el pulso débil, pero conscientes. En el hospital local las estaban esperando con botellas de oxígeno. Milagrosamente, se salvaron de la tragedia.

Cosa contraria ocurrió con los tres niños que seguían atrapados. Según los hombres que estaban sobre la montaña, los menores emitieron señales de vida que les recargaron las baterías para seguir excavando. Uno a uno fue apareciendo.

Las condiciones de salud eran críticas. Sin embargo, la fe de los familiares permaneció intacta hasta que los médicos les informaron de la muerte. Alexander recibió reanimación por 25 minutos mientras que Ana Sofía llegó sin signos vitales al centro hospitalario.

Las horas posteriores han sido de eterno dolor. Alba Lucía Vélez, una madre que estaba en el colegio cuando ocurrió la emergencia, relató que la noche fue eterna porque las imágenes no se le borran de la mente.

“No logro asimilar esto. No puedo dormir. Todavía veo las cosas y escucho a los niños gritando. Estoy muy mal. No sé cómo están las otras familias porque estamos muy apartados. Ayer los niños recibieron atención con psicólogos”, dijo la mujer.

A las tres de la tarde de este viernes se llevarán a cabo las exequias de Ana Sofía, Andrea y Alexander en la iglesia principal de Andes, ellos estaban aprendiendo a leer y a escribir cuando murieron.

Luego de conocerse de los fallecimientos, el presidente Iván Duque les envió un mensaje a los allegados de los tres menores a través de su cuenta de Twitter, donde reconoció la emergencia como una tragedia que marca a todo el país.

“Toda nuestra solidaridad con las familias de los niños que lamentablemente perdieron la vida en esta tragedia que enluta al país. Seguiremos monitoreando la evolución de la salud de los heridos, a quienes brindamos acompañamiento permanente y deseamos una pronta recuperación”, escribió el mandatario.

Ahora bien, de acuerdo con el análisis del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres de Antioquia, el movimiento en masa fue causado por la acumulación de aguas producto de la temporada de lluvias que azotó a este municipio del suroeste del territorio antioqueño. En consecuencia, la tierra se saturó y desestabilizó el terreno con los saldos negativos que tienen de luto a la nación.

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