No se ve sencilla la eventual firma de un acuerdo de paz con el ELN.

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A cinco días de la posesión del presidente Gustavo Petro, se siguen posicionando los ejes de su mandato, uno de los cuales pasa por lo que él llama, la paz total.


Frente a la guerrilla del ELN, se ha conocido que Cuba sería el escenario para retomar los diálogos de paz, en el punto en el que quedaron en el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos.

En los próximos días, delegados de alto nivel del nuevo gobierno viajarán a La Habana para recuperar las claves de esas negociaciones, que han sido solicitadas por un grupo de académicos de la tradicional Universidad Industrial de Santander, entre otros.

El máximo jefe de esa guerrilla, alias ‘Antonio García’, ratificó desde Venezuela que tienen voluntad de paz, pero advierte que, en su opinión, el nuevo gobierno tiene un campo de acción limitado para hacer las grandes reformas al país que ellos proponen, por sus alianzas con partidos políticos tradicionales.



Entre líneas, no se ve sencilla la eventual firma de un acuerdo de paz con el ELN, algo que no es novedad con esa guerrilla, que desde 1991 ha mantenido su exigencia para que se convoque lo que ellos llaman, una Convención Nacional que modifique la estructura del Estado de acuerdo con sus ideas.
En ese contexto, se conoció la renuncia del exfiscal Eduardo Montealegre al equipo jurídico asesor para buscar caminos que permitan las diferentes negociaciones con grupos armados al margen de la ley, que permitan alcanzar la llamada “paz total”.

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