Después de 23 días en UCI, Cindy regresó de la muerte

Cindy Patricia Tatis Baquero es un milagro de Dios, de esos que van más allá del entendimiento humano y por ende de la Ciencia Médica.

Al parecer, la negligencia de una enfermera de un centro asistencial de Montería donde estuvo internada cuando estaba en estado de embarazo casi le cuesta la vida.


Las secuelas físicas que le quedaron son evidentes pues aún no camina ni mueve su brazo izquierdo.
El cuatro de octubre cumplió 31 años de haber nacido en la capital de Córdoba.


Cindy era una maestra de preescolar y se congregaba en la primera Iglesia Cristiana Bautista de Montería (la sede tiene 58 años de construida) de la calle 37 entre las carreras 5 y 6, en el barrio Montería Moderna.
Los valores cristinos y morales de su familia la llevaron a ser una joven sencilla al servicio del prójimo.

Alegrías y tristezas

Cindy se casó y salió embarazada cuando laboraba en un preescolar en el barrio La Pradera.
La llegada de su única hija, al seno de la familia, había generado alegría, especialmente para la época de diciembre de 2021, pero nunca se imaginaron que el destino le tenía preparado un trago amargo. Cindy fue ingresada a quirógrafo para practicarle una cesárea y extraerle a la bebé.

Guardó silencio

“Mi esposo me contó, luego de que salí de la UCI, que a los tres días de la cirugía me dio un fuerte dolor de cabeza debido a la subida de tensión, esto me produjo un derrame cerebral. La enfermera que debía estar atenta a mis signos no le informó al médico de turno de la subida de tensión”, relató esta sobreviviente.

A Cindy le realizaron una craneotomía (le extrajeron un pedazo del hueso del cráneo) porque el cerebro estaba inflamado. Además le dio eclampsia.

La memoria y el habla

En medio de este proceso de salud, Cindy perdió el habla debido a la traqueotomía que le hicieron.

Ella se comunicaba con su esposo y demás allegados por medio de señas, actualmente ya habla.
Pero una de las situaciones que más conmovió a los familiares de la joven fue la pérdida parcial de la memoria al no reconocer a su hija, esposo y entorno cercano. Tras superar la etapa más dura del proceso Cindy reconoció que su recuperación se la debe a un ser supremo: a Dios.

Ella está convencida que quien la ha sacado de esta situación ha sido la misericordia de Dios.
“A aquellas personas con una condición de salud compleja les digo que no están solas, que le crean a Dios aunque estén pasando por un momento oscuro, que él está dispuesto a ayudarlos si le creen”, concluyó Cindy.

Por: Rafael Anzoátegui.

Tomado de: EL MERIDIANO

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