La patrullera Adriana Ruiz, de 29 años, y ocho al servicio de la Policía Nacional. lleva dos años entrenando con la Federación Colombiana Deportiva Militar, suplicando a sus superiores que no fuera retirada del equipo de fútbol sala, en el que se desempeñaba como volante. Según ella, la decisión estaba motivada por un acoso laboral del que vendría siendo víctima desde hace aproximadamente seis meses..
“A mí me consta que mi capitán Javier Peña empezó a hablarle feo a Adriana después de un evento que hubo en la Policía a finales de mayo. Yo vi que él le mandó un mensaje a mi patrullera diciéndole que fueran juntos al evento y ella le dijo que no podía, después de eso cambió”. “Un día llegó a la formación y le gritó delante de todas que a él no le importaba que tuviera una relación con un teniente. Se me hizo extraño que él saliera con cosas personales cuando ella estaba haciendo su trabajo”, son algunos de los testimonios de las jugadoras del equipo. Las mismas que prefieren no revelar su identidad porque recibieron advertencias de que si hablaban del tema con los medios de comunicación podrían ser sancionadas.
Se trata de un equipo de diez mujeres de la Policía, Fuerza Aérea y del Ejército. El capitán Javier Peña, al que nombran en los relatos, es un atleta de alto rendimiento, también de la Policía, y por su antigüedad supervisa a sus compañeras. Según los testimonios, de junio a agosto el ambiente era tenso, pero llevadero entre el capitán y la patrullera. Además de entrenar, ella debía hacer un informe semanal de las actividades, que debía entregar todos los lunes.
El 22 de agosto, al parecer, en la Federación no había nadie que le suministrara los datos para hacer el documento, lo que retrasó la entrega. Luego de eso, manifiesta la patrullera, empezó a ver que el capitán le ponía peros a cada tarea que ella desempeñaba. “Siempre había algo que no le gustaba. Yo le hacía los cambios que él pedía y solicitaba otros, así me tenía siempre, incluso cuando ya estaba en horas de descanso”, manifestó la patrullera. Tanto así que en una conversación que sostuvo con un subteniente ella le indicó: “Mi teniente yo debo irme ya con mis hijos que pena con usted, pero no tengo el tiempo del mundo para estarle haciendo eso a él. Eso es trabajo de mi pt Cundumi y no mío discúlpeme mi teniente, espere se lo envió así a ver qué me dice”.
Eso habría intensificado las represalias en su contra. Dice la patrullera que incluso le ponían trabas para entrenar. El 24 de agosto, ella le informó al capitán que tenía partido el día siguiente contra la FAC, pero casualmente, luego de que él se dio por enterado, cambiaron la programación. Ya no podía ir a jugar, debía cumplir con un servicio de 24 horas.
Ella empezó a sospechar que el capitán estaría buscando que le terminaran la comisión deportiva. Dos cosas podrían motivarlo: bajo rendimiento o indisciplina. La primera era menos probable, teniendo en cuenta que Adriana, desde los 12 años, entrena fútbol e incluso ha sido la única jugadora de la Federación convocada por la selección femenina de fútbol. “Adriana es una gran deportista, muy comprometida, disciplinada y con mucho talento. Es muy injusto lo que le están haciendo”, dijo el profesor José Luis Tangarife, quien fue su entrenador. Por otro lado, Katherine Tapia, jugadora de la selección Colombia, la califica como “muy disciplinada”.
Finalmente, la patrullera fue retira del equipo de futbol y denunció en sus redes sociales que no había recibido atención por parte de los superiores, por su parte la institución respondió a medios de comunicación que “este es un procedimiento interno en el marco de la ley 1015 del 2016 y de la ley 2196 del 2022”.
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