En las últimas horas falleció Carlos López Guzmán, de 56 años de edad, quien había resultado con el rostro desfigurado el segundo día de toros en las corralejas de Ayapel.
El hombre había sido trasladado a un centro asistencial de Montería debido a la complejidad de las heridas, pues el toro le afectó sus ojos, paladar, mandíbula y lengua, a tal punto que quedó irreconocible.
López Guzmán, era aficionado a las corralejas y el pasado 9 de diciembre ingresó con el propósito de divertirse, pero terminó embestido por el toro. Desde ese día se encontraba recluidos en una UCI y la tarde de este sábado 17 de diciembre falleció.
Carlos López residía en el barrio Brisas de Ayapel y según algunos allegados, se dedicaba a la minería artesanal.
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