“La primera vez que enfrente a Ronaldo Nazario yo estaba en el Parma y él en Inter. Comenzó el juego y después de un rato me lo encontré frente a frente. Él te apuntaba y acariciaba la pelota de una forma inusual que quedabas encantado. Todo eso a una velocidad nunca antes vista.
Ese día me hizo una gambeta, me dejó parado y se iba de cara al arco. Le grite a Cannavaro bájalo, bájalo. Fabio le hizo una falta y el árbitro lo amonestó. En la acción posterior me tira la pelota en velocidad y tuve que detenerlo con falta. Justo en ese momento Fabio me miró y me susurró: “Lilian, aquí vamos a terminar con 9 esta noche. Cómo detenemos a este tipo.
Ronaldo escucho todo, se acercó a nosotros y con un italiano muy básico, nos dice: disculpen estoy exagerando. Nos miramos con Cannavaro y no dijimos nada. Con esas palabras nos hizo sentir muy pequeños, casi impotentes. Esto también era el Fenómeno. Al final del encuentro no dudé en ir a pedirle la camiseta”.
— LILIAN THURAM.
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