La Fiscalía Segunda Especializada de Sincelejo ha presentado pruebas contundentes en contra de Juana Yaneth Perea y su hijo Yofran Orozco Perea por la desaparición y asesinato del rector y gestor cultural de Sucre, Armando Rivero Manjarrez. Según las investigaciones, los motivos detrás de este crimen atroz serían el dinero, la venganza y los celos.
Yofran, hijastro del rector, convivió con él por más de 10 años. Según su madre, Juana Perea, Yofran experimentó resentimiento porque, a pesar de las comodidades que disfrutaba el profesor, su madre estaba endeudada y no recibía apoyo financiero de Rivero. Este resentimiento se intensificó cuando el profesor comenzó a usar la camioneta Duster, dejando a la familia con un vehículo menos cómodo.
Un testigo clave confirmó que Yofran confesó haber matado al profesor debido a lo que este le había hecho a su madre. Además, rumores en el barrio El Bosque señalaban a Yofran como el asesino, lo que le impidió a él y a su familia asistir a las exequias del rector.
Yofran también esperaba quedarse con las propiedades de Rivero, ya que desde principios de 2024, cuando el profesor fue nombrado rector en la zona de la Mojana, él se encargaba de varios negocios. El día del crimen, Yofran debía entregarle al profesor un millón 200 mil pesos de pagos de arriendo.
Interceptaciones telefónicas revelaron que Yofran discutía la distribución de bienes, indicando que la finca quedaría para la familia de Armando. Además, los celos jugaron un papel crucial, ya que Yofran creía que un mototaxista de Chinú, Córdoba, tenía una relación sentimental con el rector. La quema de la camioneta en Chinú fue un intento de Yofran para desviar la atención hacia el mototaxista.
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