El nivel futbolístico de la Selección Colombia desde que el argentino Néstor Lorenzo asumió en el banquillo ha sembrado una alta expectativa entre los fanáticos, quienes anhelan por ver a la ‘Tricolor’ repetir lo conseguido en 2001 y levantar su segunda Copa América en Estados Unidos, territorio que evoca una melancólica reminiscencia para el combinado nacional.
Fue 1994 el año en el que Colombia, bajo el silencioso liderazgo de Francisco Maturana y con el rótulo de candidatos, aterrizó en suelo norteamericano con la mira puesta en la Copa del Mundo, y cuyo objetivo pasó de ser una utopía a un sueño en un santiamén, producto del histórico 5-0 conseguido ante la Selección de Argentina, en la fase de clasificación para el certamen.
No obstante, el resultado, que aún se plasma con tinta y en mayúsculas en las páginas doradas de la Selección, terminó por convertirse en una fuente de presión que jugó en contra para la Selección nacional, y cuyo sueño mundialista se esfumó tan solo en los primeros dos partidos.
A la primera derrota en el debut ante Rumania, incontestable y encuadrada por una actuación estelar del mítico Gheorge Hagi (1-3), le siguió la caída ante el anfitrión del torneo. Una derrota ‘catastrófica’, aunque no por la eliminación anticipada del Mundial per se, si no por la drámatica consecuencia que traería para el país, días después, y que sentó un preocupante precedente.
El crimen de Escobar, un ‘espejo’ del narcotráfico y la inseguridad vivida en los 90′
El asesinato de Andrés Escobar, autor del infortunado gol en contra ante Estados Unidos en el Rose Bowl (1-2) conmocionó a Colombia y al mundo del fútbol el 2 de julio de 1994, un crimen que fue fiel reflejo de la violencia que afectaba al país, en gran parte debido al narcotráfico.
Escobar se convirtió en un símbolo de las tragedias derivadas de la mezcla entre el deporte y la violencia, tras los impactos de bala que recibió en estacionamiento de una discoteca en Medellín. Según testigos, Escobar fue confrontado por un grupo de hombres que le reprocharon el autogol. Humberto Muñoz Castro, guardaespaldas de los hermanos Pedro y Juan Santiago Gallón Henao (figuras vinculadas al narcotráfico), fue identificado como el autor material del homicidio
Al sol de hoy se presume que el crimen estuvo relacionada con apuestas y presiones del narcotráfico, que influía enormemente en la vida social y deportiva de Colombia en esa época. El autogol de Escobar habría afectado económicamente a personas poderosas, y su muerte se habría utilizado como represalia.
La vida y la muerte de Andrés Escobar han sido tema de varios libros, documentales y artículos que exploran tanto su carrera futbolística como las circunstancias de su trágica muerte. Ejemplos incluyen el documental “The Two Escobars” (2010), que relaciona su historia con la del narcotraficante Pablo Emilio Escobar.
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