La colombiana, diagnosticada con cáncer terminal, logró que su familia recibiera una visa de turismo con fines humanitarios. El reencuentro se dio luego de 8 meses distanciados.
Esta podría ser la última vez que sus padres la vean sonreír. Desde hace ocho meses, Gloria Camargo y Eder Durán no habían tenido la oportunidad de acompañar a su hija, Paula Durán, en el dolor, pero tras varias semanas de lucha por una visa humanitaria finalmente concedida, un momento de esperanza surgió en medio de la tragedia.
“Yo estoy feliz, no lo podía creer; casi me desmayo. Hubo tensión, hubo momentos de pensar que nos la iban a negar, pero todo salió bien. Desde el comienzo la Embajada tuvo mucha solidaridad porque el proceso fue muy rápido. Lo único que quiero es llegar y abrazar a mi hija”, expresó Gloria Camargo, madre de Paula, a su salida de la Embajada.
Asimismo, el padre de Paula, Eder Durán, manifestó que “se nos han presentado muchos ángeles. Gracias a Dios. Estando nosotros allá con ella, va a ser muy diferente. Ella está ansiosa de vernos, vamos a pararla de esa cama, darle fuerza y demostrarle que es un ejemplo de vida”.
La imagen de un reencuentro se visibilizaba con dificultad hasta la mañana de este jueves, 19 de enero, cuando los padres de Paula partieron desde Colombia hasta Estados Unidos. Gracias a la solidaridad de muchas personas, los padres de la colombiana viajaron con sus tiquetes donados y arribaron a California la madrugada de este viernes, 20 de enero.
Sergio esperó pacientemente a sus suegros en el aeropuerto de San Francisco, California, acompañado de varios medios de comunicación, y sus otras dos hijas, de nueve y cuatro años.
La dicha ante el reencuentro fue tanta que las dos pequeñas, hijas de la pareja, corrieron por los pasillos del aeropuerto y saltaron a abrazar a sus abuelos ante su llegada. El abrazo de la señora Gloria Camargo hacia sus nietas pareció congelado en el tiempo.
Las niñas, con una amplia sonrisa, le regalaron rosas y un globo en forma de corazón a su abuela, a quien no veían desde hace varios meses.
Posteriormente, la familia se dirigió hasta la residencia de Vega y Durán, acompañada de los medios de comunicación. Al llegar, la madre de Paula no pudo contener las lágrimas.
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