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Las secuelas que deja el virus y el reto de recuperar la salud

En el primer conversatorio de la alianza Colsanitas-El Espectador se habló de las secuelas que sufren los pacientes y su manejo respectivo.

Long COVID es uno de los términos que se escucha con frecuencia en noticias y conversaciones con familiares, amigos y en las redes sociales. Si no está familiarizado con él, su traducción es COVID prolongado y hace parte del foco de especialistas de todo el mundo para entender cómo funciona, por qué ocurre y cuál es el impacto en la salud de quienes han superado el virus.

“Se ve que hacen calles de honor a quienes superan la enfermedad, aplauden y se cree que todo termina ahí, pero no. El COVID deja secuelas en las personas y es fundamental saber cómo superarlas y darles el mejor manejo”, señala el doctor Jorge Díaz, profesor de posgrado de Fisiatría de la Universidad Nacional de Colombia y M. D. fisiatra adscrito a Colsanitas, quien participó en el primer conversatorio de la alianza Colsanitas-El Espectador, desarrollando el tema: Las secuelas del COVID-19 y sus consecuencias en la salud.

Secuelas que en su gran mayoría incluyen tos crónica, fatiga, dolor de cabeza, músculos y articulaciones, dificultad para respirar e incluso alteraciones en la memoria y falta de concentración. En cada paciente ocurren en distinta medida y, como bien lo señala el doctor Jorge Díaz, todos los días se aprende en consulta y con los pacientes para entender e identificar las secuelas.

Por ejemplo, en la Clínica Colombia, donde labora el médico, han identificado que la enfermedad golpea más fuerte a los hombres, pero las mujeres son quienes más sufren secuelas tras superar el COVID. Todo esto es materia de investigación y existen varias teorías que abarcan especialidades como endocrinología, sistema autoinmune y enfermedades de base.

Lo que sí saben los médicos es que cuando una persona tiene coronavirus grave y debe ser hospitalizado presenta el síndrome de desacondicionamiento, cuya principal característica es la atrofia muscular, pero afecta todo el organismo, incluyendo aspectos cognitivos, musculares, óseos, endocrinos, renales y cardiovasculares.

“Desde el primer día que uno está en una cama de hospital, el cuerpo empieza a desacondicionarse y a media que pasan los días es peor, entonces los pacientes hospitalizados por COVID no son la excepción, además de padecer las complicaciones del virus”, indica el doctor Díaz.

Este síndrome hace parte de las secuelas, porque genera dificultad para poder reintegrare a su cotidianidad, su vida laboral y sus actividades recreacionales, y ahí juega un papel determinante la rehabilitación. Lo ideal es que se haga desde cuidados intensivos y que el paciente salga con un plan para minimizar o evitar esas secuelas, a las que se les suman las propias del COVID, y hacerlo con un equipo interdisciplinario para lograr una óptima recuperación.

Las secuelas más frecuentes son: tos crónica, fatiga, dolor de cabeza, músculos y articulaciones e incluso alteraciones en la memoria.

Tomado del Espectador

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