El sueño de Bernardo Álvarez Padilla era convertirse en un gran militar.
Con esa ilusión, cuentan sus padres, salió de su casa en el corregimiento de San José de Canalete-Puerto Escondido para la Base de Coveñas, donde prestaba sus servicios.
Hace 15 días su anhelo empezó a desmoronarse tras accidentarse en un camión adscrito a la Infantería.
Ese día iban varios soldados para Corozal y en el camino se vieron envueltos en un choque contra un camión.
Todos resultaron heridos, pero la peor parte la llevó Bernardo.
El militar de Puerto Escondido fue remitido a Bogotá, en donde luchó por su vida, pero el martes falleció.
Bernardo Álvarez será sepultado en la tierra que lo vio nacer y de la que partió para cumplir un sueño que se truncó muy temprano.
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