Los dos hijos de la víctima, de 5 y 8 años, fueron testigos de la violencia, añadiendo una capa adicional de trauma a la situación.
Los dos hijos de la víctima, de 5 y 8 años, fueron testigos de la violencia, añadiendo una capa adicional de trauma a la situación. La mujer, visiblemente afectada, fue encontrada sentada en un piso de barro, sumida en llanto y dolor.
Aunque el perpetrador logró escapar, la intervención policial evitó una tragedia mayor. La familia rescatada, envuelta en lágrimas de alivio, agradeció la acción de los agentes que arriesgaron sus vidas en una zona conocida por enfrentamientos entre grupos armados ilegales.
Una operación policial en la vereda Los Caimanes, sur de Bolívar, reveló un caso estremecedor de violencia doméstica. Cinco agentes de la Estación de Policía de Regidor respondieron a un llamado desesperado, descubriendo a una mujer de 29 años, en situación de secuestro y con evidentes signos de maltrato.
Al llegar a la escena, los oficiales se encontraron con una imagen impactante: la víctima presentaba golpes en diversas partes del cuerpo, incluyendo su rostro. Los moretones visibles en sus brazos y cuello testimoniaban la brutalidad del ataque sufrido por parte de su pareja.
Según relatos de vecinos, el agresor había amenazado con “cortarla en pedacitos” y prender fuego a la vivienda. La intervención de la comunidad logró contener parcialmente al atacante, pero el peligro persistía debido a su estado de descontrol.
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