“Nos hemos dado cuenta de que la champeta tiene un sabor único que solo se experimenta en Colombia. Aquí en Estados Unidos, no se siente la misma vibración y autenticidad que nos inspira y nos llena de energía. Hemos intentado adaptarnos, pero simplemente no es lo mismo”, aseguró el cartagenero.
A su vez, Yuranis, esposa del artista, expresó: “La champeta es nuestra esencia, es parte de nuestra identidad, y no hemos podido encontrar en otro lugar el mismo entusiasmo y amor por este género. Extrañamos nuestra gente, nuestras raíces y ese calor humano que solo se siente en Colombia”.
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