Analistas del sector ganadero, aseguran que esta situación plantea interrogantes sobre la eficiencia en la cadena de valor de la carne.
Un reciente estudio de la Federación Colombiana de Ganaderos (FEDEGÁN) revela una situación atípica en el mercado cárnico colombiano: mientras el precio de la carne de res al consumidor ha mostrado una notable estabilidad, el índice del novillo gordo ha experimentado fluctuaciones significativas.
Según el informe, el precio de la carne de res al consumidor ha mantenido una tendencia estable desde mediados de 2022. De hecho, en los primeros ocho meses de 2024, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) para la carne de res registró un aumento de apenas 0,53%, lo que ha contribuido a mantener el consumo en niveles constantes.
Sin embargo, el precio del novillo gordo, que es un indicador clave del costo de producción para los ganaderos, ha mostrado variaciones importantes. Esta discrepancia sugiere que las reducciones en el costo del ganado no se están trasladando proporcionalmente al precio final de la carne.
Analistas del sector ganadero, aseguran que esta situación plantea interrogantes sobre la eficiencia en la cadena de valor de la carne. Normalmente, esperaríamos ver una correlación más estrecha entre el precio del novillo y el precio final al consumidor.
El estudio de FEDEGÁN señala que esta falta de simetría en la transferencia de precios podría estar afectando los márgenes de los productores, mientras que los consumidores no se están beneficiando plenamente de las reducciones en los costos de producción.
La Federación hace un llamado a una mayor transparencia en la formación de precios a lo largo de la cadena de suministro de carne, con el fin de asegurar un mercado más equitativo tanto para productores como para consumidores.
Este fenómeno ocurre en un contexto donde el consumo aparente de carne de res en Colombia se ha estabilizado en aproximadamente 18 kg por persona al año, después de experimentar descensos en años anteriores.
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