Desde hace tres días, miembros del colectivo Ríos Vivos se encuentran acampando en el parque de los pies descalzos. Los pobladores de la zona de influencia del proyecto Hidroituango reclaman sus derechos, pero nadie se explica por qué sacan de una carpa un fusil y lo encaletan dentro de un costal.
La imagen tiene en máxima alerta a las autoridades. En medio de dos pequeñas carpas para acampar, están tres personas, el primero viste camisa blanca, sombrero del mismo color, tiene un morral negro y un machete en el cinto; lo acompaña una mujer afro con blusa roja, pantalón rosado y chaqueta blanca con puntos negros. Pero la atención se posa sobre el tercer hombre, alto, de contextura gruesa, con gorra, camisa blanca y también tiene un machete. Lo más sorprendente, busca algo en su carpa y al asomar el cuerpo se le ve una botella de agua en una mano y en la otra un poderoso fusil que encaleta en un costal.
No se trata de una zona rural, por el contrario, el campamento donde están estas personas está ubicado en todo el centro de Medellín, en el parque de los Pies Descalzos, al frente de EPM y a pocos metros de la Alcaldía de la capital antioqueña. Ahí, en esa concurrida zona, en medio de la legítima protesta en la que reclaman sus derechos, cámaras de seguridad captaron al hombre que porta esta poderosa arma sin que pueda tener una explicación razonable.
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