Son esos casos por los cuales, uno en vez de sentir rabia o repudio, lo que siente es una gran tristeza y dolor primeramente por el niño y segundo, Por una mujer que al mirarla y escuchar lo que dice, uno deduce que está devastada, desesperada y con algún trauma depresivo. Confesando entre lágrimas que su marido la agrade física y verbalmente, que les da poco o nada para el sustento, que padecen toda clase de necesidades y sobre todo hambre.
Esta es la triste y desgarradora realidad que padecen Miles de hogares en Colombia, por culpa primeramente de una procreación irresponsable y por los gobiernos corruptos que sumen a los más pobres en muchas necesidades básicas.
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