Cuando el niño Isaac David Mosquera Pérez tenía un año de edad los médicos lo diagnosticaron con Leucemia linfoide aguda, un cáncer que se produce desde el sistema sanguíneo y los ganglios linfáticos. El anuncio de los galenos llenó de tristeza a los padres del pequeño, quienes se aferraron a Dios para que ayudara a su amado hijo a salir adelante.
Luego del anuncio de los médicos, el niño se complicó de salud y tuvo que ser internado 3 meses en una unidad de cuidados intensivos, lo que mantenía a su familia sumida en el dolor y en la incertidumbre de lo que podía pasar con Isaac, un niño que luchaba por su vida todos los días, mientras sus padres seguían aferrados al poder divino y más porque su nombre es bíblico.
La evolución del pequeño permitió que los médicos lo trasladaran de la unidad de cuidados intensivos al servicio de hospitalización, en ese trance permaneció 3 años recibiendo tratamientos que le ayudaran a contrarrestar el cáncer. Sus padres hicieron todos los esfuerzos necesarios para estar con él, acompañarlo las 24 horas del día y atender cualquier novedad que se presentara.
Sin embargo, cuando sus seres queridos pensaron que lo más difícil había pasado, recibieron la temible noticia por parte de los médicos que debido a la condición de salud de Isaac no le daban esperanza de vida, pues lo había declarado desahuciado al no tener defensas, glóbulos rojos y muchas menos plaquetas, tanto así que le dijeron que solo un milagro lo podía tener con vida.
Los familiares del pequeño siguieron aferrados a Dios mediante la oración y esa misma virtud se la inculcaron a Isaac, quien a su corta edad demostraba sus dotes de valentía, coraje, determinación y ser un niño fuerte ante la adversidad. Estando en esa condición recibió un regalo que lo marcó muchísimo y fue un muñeco de policía con el que dormía abrazado todas las noches, incluso, le gustaba tanto que le decía a sus padres que cuando fuera grande quería ser un policía y convertirse en un héroe para ayudar a los demás niños.
Los deseos del pequeño héroe llenaban de mucho sentimiento a sus allegados y al personal médico, pues las esperanzas de seguir viviendo eran mínimas. Al tiempo que se convertían en un aliciente para no desfallecer en ese momento difícil que padecía Isaac, en el que necesitaba aliento, apoyo y amor. Los galenos siguieron cumpliendo con el tratamiento al pie de la letra, de una manera comprometida y muy humana, a ellos Dios también los iluminaba.
La gran noticia llegó para Isaac y todos sus familiares cuando menos la esperaban, los médicos muy optimistas le informaron después de 4 años de tratamiento que había superado el cáncer, fue así como lo invitaron a caminar por la alfombra roja del Hospital Pablo Tobón Uribe de Medellín, donde lo atendieron, y a tocar tres veces la campana de la vida como un acto simbólico por su valentía y esfuerzo.
Pero todo no terminó ahí, pues al llegar a El Bagre, Antioquia, su tierra natal, personas allegadas a la familia como Calixto Manotas se pusieron a la tarea de cumplirle su sueño de ser Policía y coordinaron con la Estación de Policía para que todo saliera a la perfección. Al pequeño le hicieron un uniforme y lo llevaron a las instalaciones donde saludó a los integrantes de la fuerza pública y compartió con ellos varias horas.
La alegría de Isaac de convertirse en policía se podía ver en sus ojos, su rostro y en su sonrisa hermosa. Disfrutó muchísimo y hasta le dio órdenes a los patrulleros que estaban en servicio y habló también por la central de radio.
Para los familiares del niño, su notable evolución fue gracias a la intercesión de Dios, por eso le dan las gracias y le siguen pidiendo que lo cuide y lo proteja. También, agradecen al personal médico por su excelente labor.
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