Por: Howard Crawford Chaúx
No es justo que tantas vicisitudes y luchas de una Junta Organizadora no sea hasta la fecha respaldada por algunos ganaderos en las tardes de toros bravos.
No es que estemos mal acostumbrados, sino que Cereté no tenía hace muchas décadas o que me recuerde un inicio tan flojo de temporada y particularmente exceptúo a Garibaldi Hoyos quien sí ha mantenido el nivel.
Toros replaceados, cansados, que no soportan su propio peso al intentar embestir, débiles de pezuña, poco prontos, de corto metrage en sus recorridos y lo de Juancho Pérez olvidando la importancia de los lidiadores dejando a los toros a una simple salida sin espectáculo. El toro y el lidiador son una llave inrrompible, juntos son la garantía del triunfo de una tarde de corraleja porque es a ellos a quién el toro responde con la muleta, capote, sombrilla, banderillas, garrocha y juego.
Habrá que revisar también protocolos en toriles porque ya son varios ejemplares los que salen lesionados o afectados muscularmente. De a un millón por toro que demora máximo de 5 a 10 minutos por exagerar creo merecemos mucho más en una plaza de tanta tradición y exigencia como Cereté en la Candelaria.
Aún hay tiempo Firi de llamar al orden a los ganadores para que sepan que si la corraleja es de respeto es porque también la hacemos respetar y que el público que asiste sabe muy bien lo que desea encontrar, al final siempre quedará en la retina la organización como merecedora de los aplausos o las críticas mientras los ganaderos pueda terminar importándole solo los 40 millones de cada tarde.
RESPETO!.
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