Edilbeto Manuel Tapias Mestra tiene 35 años de haber nacido en el municipio de Tierralta, Córdoba y es uno más de los millones de desplazados de la guerrilla y los paramilitares.
Fue criado por una tía que se hizo cargo de él, ya que su padres murieron cuando aún era muy pequeño.
El calvario
En el año 2004, este campesino fue desplazado de su parcela por un grupo armado ilegal y desde ese momento comenzó su calvario que lo llevó hasta la Unidad de Víctimas en Bogotá.
Para llegar a la capital de la República se valió del buen corazón de algunos conductores de vehículos pesados que le daban ‘chances’.
Su llegada a Montería
Después de tanto rodar y dormir en parques en Bogotá, además de ‘recibir portazos’ en la cara, Edilberto arribó en el 2012 a Montería con la esperanza de que fuera reconocido por las autoridades competentes como desplazado de la violencia.
Sin embargo, según contó, pocos lo escucharon y como solo cursó algunos años de educación primaria, el abanico de oportunidades laborales para él era muy limitado.
Pero tenía que sobrevivir porque el hambre le ‘arrugaba’ el estómago.
Fue así que un día se le dio por recoger material reciclable y lo llevó a vender. Esto le generó para comer y poco a poco se sumergió en el mundo del reciclaje, especialmente en el barrio El Recreo en el norte de esta capital.
La situación económica precaria lo ‘empujó’ a malvivir en casi todas las invasiones y los ‘cordones’ de miseria que se han formado en Montería, hasta que llegó al sector El Cerro de la capital de Córdoba (barrio Alfonso López).
El primer intento
Las primeras ideas suicidas se le ‘dibujaron’ en Tierralta cuando lo perdió todo y la segunda al estar en Bogotá, y a medida que su estado de necesidad crecía y crecía estas fijaciones mentales eran más intensas.
“Las difíciles circunstancias me han conducido a pedir casi que a gritos que me incluyan en el registro de víctimas, además de que me consigan una carreta para reciclar ya que lo hago es en un saco y son limitados los materiales que recojo”, le contó a este medio Edilberto Manuel. Recientemente se hizo conocer porque por tercera vez intentó acabar con su vida al treparse al puente de la Avenida Circunvalar con calle 29 para tirársele a algún carro en marcha.
“Muchos gritaban que me saltara y yo los veía como grababan y me tomaban fotos con sus celulares mientras que otros me lanzaban groserías (…)”, indicó el campesino a este medio.
Edilberto ruega para que alguien de buen corazón lo ayude con una carreta para reciclar, mientras el estómago le ‘reclama y le reclama’.
Be the first to comment