Una alerta por el progresivo avance erosivo en dos nuevos puntos en la vereda Sarándelo, en el municipio de Lorica, prendió las alarmas ante el descubrimiento, con la bajada del río, de dos nuevos puntos críticos en esa zona de la margen derecha del Sinú, en jurisdicción del corregimiento de Mata de Caña. El presidente de la Junta de Acción Comunal de Sarandelo, Angel Hernández Espitia, dijo que uno de los sitos por donde se puede desbordar el río, si vuelve a crecer, se halla a unos 400 metros aguas abajo de la boca que se abrió el 22 de agosto en esa localidad.
Mientras que el otro lugar, que reviste peligro, se encuentra a unos 60 metros aguas arriba del mismo sitio por donde se desbordó el Sinú, y que anegó una vasta zona del municipio de Lorica. En ese sentido, solicitaron la colaboración de las poblaciones vecinas para que colaboren, ya que, si se llega a desbordar otra vez el Sinú, hará más daño puesto que no existen zonas de amortiguamiento, ya que los espejos de agua se hallan llenos.
Este lunes 6 de septiembre, algunos miembros de la comunidad de Sarandelo, estuvieron llenando costales con tierra, para trasladarlos en chalupa a los puntos críticos, puesto que la vía por la orilla del río es tan estrecha, que no cabe ni un triciclo. Sin embargo, tienen un problema, y es que la chalupa cobra a 50 mil pesos la hora. Por eso, hicieron un llamado a la CVS, la Infantería de Marina o la Defensa Civil, para que colaboren con sus embarcaciones para trasladar los sacos con tierra. También solicitaron más material terrígeno y costales para seguir llenando.
Solo tienen unos 800 sacos, pero se necesitan aproximadamente 3 mil, de acuerdo con lo informado por el dirigente comunal. La boca que se abrió por Sarandelo, el pasado 22 de agosto, se demoraron ocho días para poderla controlar. Al lugar, tuvo que llegar la fuerza de una máquina pesada y la fuerza humana de Sarandelo, Tierralta, La Subida, Los Monos, Guamal e Isla de Sabá, en Lorica.
Con el mencionado desbordamiento se perdió abundante cantidad de productos agrícolas como maíz, plátano, yuca, piña, hortalizas y otros artículos que las comunidades del sector acostumbran a cosechar para la subsistencia de los habitantes. Asimismo, se perdieron pastizales y fueron averiadas varias viviendas.
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