Lo dicho: si sales a trabajar a un sitio no te desvíes a otro lugar a hacer otra cosa distinta porque en Colombia el peligro acecha. Esto fue lo que le ocurrió a Jorge Jiménez Martínez, un joven transportador loriquero que se gana la vida haciendo viajes en un camión cargando arroz desde La Mojana a otros sitios del país.
El ciudadano ante la imposibilidad de no poder realizar una carga del grano se había hospedado en un hotel donde ya lo conocen. Estando allí otros colegas transportadores lo invitaron a un pueblo de La Mojana a ver riñas de gallo y esa invitación se le convirtió por largas horas en un infierno del que pudo ‘salir a la vida’ ayer por la tarde y se comunicó con sus familiares.
En dicha gallera se armó una pelea y al loriquero también le dieron una que otra trompada y en medio de la confusión con una botella habría causado una lesión a otro sujeto. Este último resultó gravemente lesionado y debió ser llevado a una urgencia en San Marcos, mientras Jiménez Martínez fue llevado por sus ‘amigazos’ al hotel donde debía pasar la noche del viernes y parte de la madrugada de ayer sábado para retomar su objetivo, cual era cargar el arroz.
Cuando creyó que podía conciliar el sueño para retomar energías y pasar el susto por la pelea, tocaron a su puerta y no propiamente la camarera ni el administrador del hotel, sino unos hombres armados, que tampoco eran policías. Se trata de quienes en la zona ejercen su autoridad a su manera.
El cordobés envió rápidamente una señal vía celular a un familiar y de él no se supo más sino cuando ayer, mandaron señales de vida.
Se lo llevaron a una zona montañosa en límites con el Bajo Cauca antioqueño y luego de que alguien interviniera para que no lo ajusticiaran por lo de la pelea en la gallera logró retornar en horas de la tarde a tierra firme y hasta le coordinaron su feliz retorno a casa en Lorica ayer antes de entrar la noche con una lección aprendida: “no pelee en tierra ajena y menos si no conoce con quien se mete”. Eso le dijeron amigos y familiares.
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