Es evidente que la corrupción afecta a los más pobres y eso hace que no tengan acceso a educación, salud, servicios públicos, entre otros, lo cual hace que las personas afectadas por este hecho no tengan una vida, ni una muerte digna, como es la increíble y triste historia de Gabriel Machado Herazo, de 73 años de edad, quien murió en una cama casi que a ‘tabla pelada’ en su casa del barrio Nuevo Milenio, en el sur de Montería.
Victoria Vega Rivero, esposa de Gabriel, contó que le ponía bolsas plásticas a su marido para que no mojara la cama porque si le colocaba pañales desechables ese día no comían.
El deceso de Gabriel Machado se produjo el sábado 25 de septiembre pasadas las 5:30 de la tarde. Su muerte hubiese sido normal, por la enfermedad que padecía, sino es porque Victoria Vega Rivero, de 63 años, esposa del fallecido, reveló que en vez de pañales desechables le ponía bolsas plásticas, que adquiría por docena, para que no mojara la cama.
“Si le compraba el pañal, ese día no comíamos, y como el hambre duele preferíamos alimentarnos (…)”, indicó Victoria.
Desde que se conoció la muerte de Gabriel empezó el calvario de la mujer para conseguir el ataúd, hasta que la funcionaria de la Alcaldía encargada de esa tarea autorizó la entrega del mismo.
La situación económica de estos abuelos ha estado tan dramática que hace días no hubo para los 14 mil pesos de los taxis para ir a cobrar los más de 100 mil pesos del auxilio del Adulto Mayor.
Victoria destacó que hace unos cuatro años introdujo la documentación para que le paguen el mencionado subsidio y le respondieron que está en el puesto 12 mil.
Los más de 100 mil pesos que recibía Gabriel cada dos meses, más los 12 mil que gana Victoria en la venta de rifas es la única entrada que tenían. Por ahora, la mujer espera, como el ‘coronel no tiene quien le escriba’, que el Estado la incluya en el programa del Adulto Mayor y le empiecen a pagar antes que sea demasiado tarde.
Se el primero en dejar un comentario