La periodista Vicky Dávila se despidió de la revista Semana para comenzar su camino hacia la Presidencia de la República. En varias páginas, Dávila expresó su firme convencimiento desde un inicio por hacer parte de la prensa en Colombia, ejerciendo su carrera de manera libre y sin restricciones a las opiniones. Pidió que, así como ella trató con mano firme a varios mandatarios y funcionarios de diferentes gobiernos, el pueblo ejerza esa misma tarea con ella.
“Me voy de SEMANA con la tarea cumplida. A mis compañeros del alma les pido que sigan adelante, que la prensa libre es una garantía en una democracia. Ahora tienen la obligación de exigir con todo el rigor como a los demás. Gracias a los propietarios de la revista, porque más allá de nuestras diferencias siempre me dieron libertad para hacer periodismo. Los intereses empresariales nunca estuvieron por encima de nuestra obligación como periodistas. Todo lo pude publicar”, solicitó Dávila.
Fue enfática al decir que su compromiso empieza desde sus lectores y compañeros, para que cumplan con la mirada crítica, ya que pasará a ser una persona que desea realizar un cambio evidente en el país.
Desde ya, Dávila empieza a dejar ver una de las líneas por las que seguramente direccionará su precandidatura y todos los procesos que de allí se desprenden: “Hay que derrotar el miedo, hay que resetear la política, no nos podemos rendir. El presidente o la presidenta no puede ser más que un empleado de los colombianos y su reto debe ser entender el honor y la responsabilidad que eso encarna”.
En su consideración, estamos retrocediendo. Comparó la evolución que tienen otros territorios en el continente y sabe que en este momento la prioridad de un Gobierno es la búsqueda de oportunidades para los colombianos.
No duda en afirmar que la elección del presidente Gustavo Petro tiene mucho que ver con los antecedentes de sus antecesores y las decepciones que ellos dejaron en el pueblo colombiano: “Esa debacle política y tantas necesidades de la gente sin resolver durante décadas, a pesar de grandes esfuerzos, le dieron la oportunidad a la peor izquierda de colarse por las ranuras de la democracia, con la careta del cambio”.
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