En Colombia, cerca de un millón de personas padecen de una insuficiencia cardíaca.Hace cuatro años una falla cardíaca, de causas poco conocidas, puso a José Joaquín Coronado en la lista de espera para recibir un nuevo corazón. Aunque nunca perdió la esperanza de llegar al primer lugar de esa larga lista y poder recibir el nuevo órgano, su salud sí se deterioró a tal punto que presentaba dificultad para moverse, caminar e incluso respirar.
La espera terminó hace un mes, en julio, cuando logró llegar a ese primer lugar y recibir la tan anhelada noticia. Ya había un corazón disponible para él. Sin pensarlo dos veces empacó un par de mudas de ropa y emprendió un largo viaje desde su natal Cereté (Córdoba) hacia Bucaramanga (Santander), ciudad donde le realizarían el procedimiento.
“Yo veía las oportunidades muy poco remotas. Tuve momentos en los que pensé que eso no se podía dar y me desanimé muchas veces, pero gracias a Dios las cosas se dieron satisfactoriamente y hace un mes me operaron”, cuenta Coronado.
Jose Joaquín, de 54 años, presentaba “una dilatación, que es una falla cardíaca avanzada y refractaria. Su condición era tan delicada, que el tratamiento médico no lo mejoró y en estos casos, el trasplante de corazón es la opción definitiva”, explica el Dr. Luis Eduardo Echeverría, cardiólogo y director del programa de falla y trasplante de corazón de la Fundación Cardiovascular de Colombia (FCV), entidad donde se realizó la hazaña médica.
El procedimiento
El día llegó, estaba todo listo en la FCV. La avioneta ambulancia despegó desde muy temprano para rescatar el órgano, poder traerlo a tiempo y empezar la cirugía en el momento justo. Desde el momento que la aeronave aterrizó nuevamente en la FCV, el equipo médico tenía menos de seis horas para colocarlo, tiempo que empezó a correr desde el momento en el que el corazón fue retirado de su donante para ser llevado a su nuevo cuerpo de José.
“Empezamos la cirugía casi sincrónicamente cuando supimos que la avioneta aterrizó y el corazón llegó a nuestra ciudad. Este órgano, que desde su extracción se encuentra en una bolsa con hielo, debe llegar en perfectas condiciones”, recuerda El Dr. Luis Eduardo.
En este momento, José Coronado se encuentra en su proceso de rehabilitación, ya puede realizar actividades aeróbicas, caminatas y otras dinámicas deportivas para su completa recuperación. “Él ya camina y viene solo a consulta; son cosas que apenas soñaba hace algunos meses antes de que pudiéramos trasplantar su corazón. Si no hubiéramos podido hacer el trasplante ahora, probablemente no hubiera podido aguantar mucho más”, agrega el cardiólogo.
“Después del trasplante todo ha mejorado. Ahora me gusta compartir más con mi familia, mis amistades y disfrutar de mi trabajo. Agradezco profundamente a la familia que me permitió volver a vivir con esa donación”, expresa José Joaquín.
Según la Sociedad colombiana de cardiología y cirugía cardiovascular, en Colombia por lo menos un millón de personas padecen de una insuficiencia cardíaca y cerca de un 5 % de esta población no mejora con medicación ni tratamientos. Por ello, el trasplante se convierte en la única alternativa para salvar sus vidas.Vale precisar que, en los 17 años que lleva el programa de trasplante y falla cardíaca de la FCV, se han realizado 214 intervenciones de este tipo que han salvado centenares de vidas, incluyendo ahora a José Coronado.
El proceso para recibir un corazón
Cuando un paciente es candidato a recibir trasplante cardíaco, entra en una lista de espera nacional. Es decir, hay centenares de personas esperando también un corazón y es incierto el momento en el que aparezca un donante cuyo órgano sea compatible con el paciente agendado.
Encontrar uno no es fácil y para entregarse, este órgano vital debe cumplir con diversos requerimientos:
El corazón debe ser donado por alguien que esté considerado clínicamente muerto, pero que permanezca con soporte vital. Debe estar sano, en buenas condiciones y sin ningún tipo de enfermedades o fallas.
Es necesario que tenga compatibilidad con el tipo de sangre de quien lo recibirá para evitar o reducir las posibilidades de un rechazo por parte del cuerpo que lo recibe.
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Cuando finalmente aparece un donante y tras el complejo procedimiento, la recuperación puede tardar aproximadamente tres meses y se recomienda que el paciente permanezca cerca del hospital durante este período. Así mismo, será necesario que, de forma frecuente, se realice exámenes para controlar y verificar que no se presenten fallas o rechazo por parte del cuerpo al corazón.
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