En un giro sorpresivo, Álvaro Antonio Figueroa Villamil, hermano de un reconocido médico en la ciudad de Pitalito, fue puesto en libertad después de haber sido capturado por funcionarios del CTI de la Fiscalía por presuntos delitos de acceso carnal o acto s3xual con incapaz de resistir. La captura se dio en relación a una orden judicial emitida luego de que se le acusara de haber afectado a una menor de 11 años.
Un juez de turno decidió poner en libertad a Figueroa Villamil argumentando la ilegalidad de su captura y la supuesta falta de defensa adecuada para el acusado.
Aunque se presume que el informe del investigador respaldaba la detención, la supuesta amistad del implicado con el juez de turno y, según algunas fuentes, incluso con un fiscal, habría influido en la decisión judicial.
La liberación del acusado ha generado controversia y consternación en la comunidad, especialmente entre aquellos que abogan por la protección de los derechos de los menores y la justicia para las víctimas de delitos sexuales. La decisión judicial plantea interrogantes sobre la imparcialidad del sistema legal y destaca la importancia de garantizar un debido proceso en casos tan sensibles como este.
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